lunes, 7 de diciembre de 2015

Maleta

La maleta se llena de "por si acasos". Siempre, da igual que sea verano que invierno, que vayas de viaje de trabajo o de ocio. Por si llueve, por si hace frío, por si el hotel tiene piscina, por si hay una cena más arreglada...La maleta es eso que llenas de ilusión antes de irte y que cuando vuelves te da pereza deshacer porque la lavadora con la ropa sucia te devuelve a la cruda realidad: has vuelto.

Hay gente muy ordenada haciendo maletas, que lo apunta todo, que la prepara días antes, en cambio otros improvisan, otros apenas necesitan media hora, otros llenan la cama de ropa antes de meterla en la maleta...Hay maletas de vacaciones, que llenas con ganas de descansar, otras son viajes de negocios, con ropa más elegante de trabajo, otras maletas llevan vestidos de boda y tacones, otras sólo bikinis para tirarse en la playa, maletas de mano, maletas para cruzar el océano... Todas ellas siempre llevarán más de lo que te pondrás, incluso a veces más de lo que cabe. No será la primera vez que ves a alguien tirado en el suelo del aeropuerto jugando al tetris con la maleta.

En casa he visto mucho hacer maletas -por trabajo y por vacaciones-, me sé los consejos de memoria y también he leído varios trucos y, aunque algunos los pongo en práctica y otros ya los sabía, el "por si acaso" y la ropa que vuelve intacta no falla nunca. Depende del destino, del clima y de la duración, pero ahí van unos consejos: lo que pesa más se pone abajo junto con el neceser, también abajo para que si se sale algún líquido no manche toda la ropa, aprovechar lo huecos de los zapatos (que siempre irán en bolsas independientes para no ensuciar) para meter otras cosas y que vaya quedando compacta, ropa enrollada que ocupa menos, blusas y vestidos lo último para que no se arrugue, los cinturones estirados al borde de la maleta, colores neutros que combinan con todo, ropa cómoda y versátil y llevar puesto lo que ocupe más.

Los accesorios también es otra cosa que metes por si acaso y muchas veces no te pones, bolsos, collares, pulseras, bufandas...luego vamos con lo mismo todos los días. Yo ya tengo adjudicados bolsos de viajes, que como digo yo, conocen mundo. ¿Qué decís de lo que ocupan los zapatos? ¿y las botas? Por eso siempre llevo sólo un par de repuesto, que suele ser zapato bajo o calzado deportivo. No entiendo la gente que va a patear una ciudad con tacones.

Un conjunto básico y ropa interior en la bolsa de mano si facturas no vayas a tener la mala suerte de que te lo pierdan. Un fular que siempre te saca de un aprieto si tienes frío en el avión o tren. A todo esto, hay que dejar hueco por si vuelves con algo de más... ¡ay esos caprichitos! No olvidar una bolsa vacía para la ropa sucia, el cargador del móvil y la cámara de fotos.

Y lo más importante, llenarla con ganas de hacer turismo, de desconectar y de disfrutar. ¡Os dejo que yo estoy llenando la maleta de ilusión!


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